
La berrea anuncia el otoño.
El inicio de la berrea, el ciclo biológico de apareamiento de los ciervos, anuncia estos días la llegada del otoño en nuestros montes.
El inicio de la berrea, el ciclo biológico de apareamiento de los ciervos, anuncia estos días la llegada del otoño en nuestras cercanas sierras.
Los resonantes bramidos de los ciervos en celo abarrotan de sobrenaturales sonidos los montes y rañas lo que aprovechan los amantes de la naturaleza para disfrutar del espectáculo sonoro y visual que supone ver a uno de los más espectaculares animales que pueblan los montes de la Península Ibérica.
La llegada de las primeras lluvias del mes de septiembre y la drástica disminución que experimentan las temperaturas marcan el inicio de la berrea, momento en el que los grandes ejemplares machos de ciervo, los más dominantes, conforman sus harenes de hembras para comenzar el ritual del apareamiento. A lo largo de varias semanas, que se extenderán hasta finales del mes de octubre, los ciervos permanecen muy próximos al grupo de hembras que han elegido para cubrirlas en el momento adecuado. Durante este tiempo los ciervos permanecerán apareándose con 'perseverancia' para tratar de asegurar así su transferencia de genes. Este momento es único, puesto que los grandes machos emiten imponentes bramidos de gran fuerza sonora, que llegan a resultar escalofriantes y conmovedores cuando se escuchan en el marco natural de un territorio, donde cobran mayor sonoridad.
La berrea, es la conducta que el ciervo adopta para mantener su sistema de excitación permanente y así encontrarse en disposición de cubrir a las hembras cuando estas ovulan y son receptivas a aceptar al macho. Este sistema de excitación lo mantienen a través de la emisión y respuesta de los bramidos, por lo que, al contrario de lo que mucha gente piensa, la berrea no es una llamada del macho para atraer a las hembras de su harén. La ceremonia del apareamiento es insistente por parte de los machos dominantes con el fin de evitar que otros ejemplares cubran a sus hembras, de tal forma que, así, pueda garantizar su descendencia entre el mayor número de hembras.
Los resonantes bramidos de los ciervos en celo abarrotan de sobrenaturales sonidos los montes y rañas lo que aprovechan los amantes de la naturaleza para disfrutar del espectáculo sonoro y visual que supone ver a uno de los más espectaculares animales que pueblan los montes de la Península Ibérica.
La llegada de las primeras lluvias del mes de septiembre y la drástica disminución que experimentan las temperaturas marcan el inicio de la berrea, momento en el que los grandes ejemplares machos de ciervo, los más dominantes, conforman sus harenes de hembras para comenzar el ritual del apareamiento. A lo largo de varias semanas, que se extenderán hasta finales del mes de octubre, los ciervos permanecen muy próximos al grupo de hembras que han elegido para cubrirlas en el momento adecuado. Durante este tiempo los ciervos permanecerán apareándose con 'perseverancia' para tratar de asegurar así su transferencia de genes. Este momento es único, puesto que los grandes machos emiten imponentes bramidos de gran fuerza sonora, que llegan a resultar escalofriantes y conmovedores cuando se escuchan en el marco natural de un territorio, donde cobran mayor sonoridad.
La berrea, es la conducta que el ciervo adopta para mantener su sistema de excitación permanente y así encontrarse en disposición de cubrir a las hembras cuando estas ovulan y son receptivas a aceptar al macho. Este sistema de excitación lo mantienen a través de la emisión y respuesta de los bramidos, por lo que, al contrario de lo que mucha gente piensa, la berrea no es una llamada del macho para atraer a las hembras de su harén. La ceremonia del apareamiento es insistente por parte de los machos dominantes con el fin de evitar que otros ejemplares cubran a sus hembras, de tal forma que, así, pueda garantizar su descendencia entre el mayor número de hembras.




