SAN SILVESTRE TOLEDANA [31-12-2008]

Toledo, 31 de diciembre de 2008.


El gorrito Navideño dio colorido a la San Silvestre de Toledo


Posamos con nuestro dorsal cerca de la linea de salida.


Una hora antes de tomar la salida la meta esta desierta.


Pedro Luis estudia el recorrido.


La ultima antes de irnos a la linea de salida.


La gente calienta en la zona de Tavera.


Hay muchas maneras te afrontar una carrera.



Escrito por PEDRO LUIS EL 3 de enero de 2009.

Mucho colorido y ganas de fiesta se vivió en la XXVII San Silvestre Toledana la cual se adjudicó Fernando Rey, el hermano de nuestro subcampeón del mundo de maratón. El nuevo recorrido que presentaba para la ocasión la organización, se estrenaba con la mayor participación de atletas a lo largo de su historia y consecuentemente de llegados a meta. En total 1760 atletas masculinos y 196 féminas. El trio de "senderistas y asfaltistas" lo formamos Jose Manuel Punzón, Pedro Pablo Gutiérrez y Pedro Luis (el que suscribe). ¡ A las chicas las echamos de menos! ¡El coche iba con más huecos que un queso de Gruyère! ¡Y a los que se pateaban las calles de Madrid a la misma hora que nosotros también!. Llegamos prontito a Toledo para poder recoger los dorsales y los chips con la suficiente antelación como para tomar el "cafelito" a gusto. ¡La cámara de Punzón fue la primera que empezó a calentar con la Puerta de Bisagra al fondo, los gorritos en la cabeza y el dorsal en su sitio!¡Preciosa foto para el recuerdo!. Iniciamos el calentamiento y poco a poco nos fuimos metiendo en el jolgorio de correr una San Silvestre: atletas, bailarinas, pelucas, gorros, mariquitas, ...¡y hasta Sus Majestades del Lejano Oriente! Espectacular la comparsa que amenizó la fiesta tanto en la línea de salida como en distintos tramos del recorrido. ¡Y empezó el sufrimiento! La primera parte es una bajada ligera que hay que controlar, donde el cuerpo "pide guerra", preludio de lo que a partir del 5 Km se avecina. Las primeras cuestas al paso por la Reconquista se pasan medianamente bien y el recorrido se torna en imágenes y sensaciones desde el barrio de Santa Teresa y la entrada al casco por la Puerta del Cambrón, (aunque al paso por la Catedral, a mí solo me faltó que saliera el obispo y su séquito a echarme los óleos, ¡en esa zona sufrí lo indecible!). La llegada, en caída libre desde Zocodover hasta Tavera, lugar de la salida, (¡aunque a algunos, no nos sirvió de nada porque ya no existían piernas, sino bloques de hormigón que se meneaban por culpa del "tío del mazo" que venía arreando por detrás!) En fín chicos; con todo y con ello disfruté como un enano. Sabed que......¡a esta la guardo en mi corazoncito!, ¡¡El próximo año PIENSO REPETIR SINO ME VOY "P´A LA DE MADRID !!.


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Escrito por JOSÉ MANUEL el 9-1-2009.

Y llego el día 31 de diciembre y con el las clásicas carreras populares de fin de año llamadas San Silvestres, pues nos presentamos en la Toledana yo solo había participado hasta ahora en una carrera popular de estas multitudinarias la de Aranjuez con mas de 4000 participantes pero lo de Toledo fue otra historia sobre todo por las sensaciones vividas, quiza sean estas fechas ... o no lo se ... para empezar lo vivimos muy desde el principio pues a las 4 ya estabamos en Toledo, paseamos tranquilamente por la zona de salida con apenas unas decenas de personas transitando por allí, nos colamos en la recta de meta para hacer algunas fotos, cafetito, alfileres, dorsales en las camisetas, a calentar y rápidos a la linea de salida que la gente va entrando y sin no te colocas bien después toca remontar mucho y hoy queremos estar delante. Esto es la leche la que se organiza en esta parte de la salida me refiero a los 10 primeros metros de delante donde hay empujones, gente que se cuela por cualquier sitio por situarse, huele a sudor, a Reflex… sientes calor, algo de nervios ..... por fin la salida y a mil por hora hasta la zona del hospital esto es mas o menos el km 5 me pasa mucha gente, pero es al llegar a la zona de bares de Santa Teresa donde la carrera da un giro bestial, dejas atrás las grandes avenidas; Europa, Portugal, Barber para adentrarte en un pasillo que te hace la multitud de apenas 1 metro en el que vas viendo caras y escuchando gritos de gente desconocida pero que te anima sin parar , aquí ya han comenzado las cuestas pero ese animo que te transmite el publico te hace olvidar la fatiga y creo que recuperas fuerza y vas mas rápido.
Pero el “sumum” llegó para mi cuando al paso por La Puerta del Cambrón y enfilas cuesta arriba las calles empedradas del casco viejo de Toledo todo el rato fui remontando corredores y en un abrir y cerrar de ojos estaba corriendo con toda la calle para mi solito por delante de la Catedral , por la calle Comercio y por el mismísimo Zocodover , el final apoteósico saliendo por la Puerta de Bisagra para esprintar en los últimos metros con unas fuerzas que no sabes bien de donde salen. Al cruzar linea de meta enseguida encuentro a Pedro y a Pepo, recogemos nuestras bolsas y para casa que es nochevieja.

"" Feliz 2009 ""
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Escrito por ALFREDO el 12-1-2009.

" San Silvestre Toledana: El día que vi 2.000 culos "

Soy un aficionado al running desde hace varios años. Quiero decir a leer sobre running, porque correr, correr… Durante el año 2008 mi carga de kilómetros ascendió, exactamente, a 16 km, repartidos en tres salidas, coincidiendo con la primavera, verano y otoño. Con este bagaje y a la vista de que me quedaba correr en invierno, decidí correr la San Sil Toledana. ¿absurdo? ¿temerario? ¿ignorante?. El caso es que durante el mes anterior dije a todo el que me quería oír que acabaría el año corriendo.

Alguno de mis amigos (gracias Millán) fueron preparando la encerrona inscribiéndome en la prueba a mis espaldas. Otros (gracias Rafa) me decían que era una locura y que iba a sufrir mucho. Otros (gracias Alfredo), me dijeron que en la meta me esperarían. Y finalmente otros (muchísimas gracias Juanjo) se ofrecieron a correr conmigo.

Con esta presión se entenderá que no me quedó más remedio que correr. Aunque también es verdad que podría haber salido a rodar en las semanas previas, pero no encontré tiempo. Incluso en la semana previa, estuve aquejado de una gripe monumental, con fiebres y demás. Pero lo cierto es que a las 17.30 del 31 me dejé caer por la salida y mientras todos calentaban y daban carreritas, yo les miraba inmóvil para no perder ni un ápice de la escasa energía de la que disponía. Pensé que muy mal no lo iba a hacer porque veía bailarinas de grandes pechos, reyezuelos con corona y zapatillas, etc. “A estos los gano”, pensé. “Vienen disfrazados y de cachondeo y yo voy en serio”. Además había una inscripción altísima. ¿Cómo iba a quedar el último? Imposible.

Vi a Alfredo (fino, fino) y después llegó Juanjo, incrédulo, porque ya le he fallado en otras ocasiones. Pero esta iba en serio. Correría. A medida que se acercaban las 6, la gente iba poniéndose nerviosa y se acercó hasta la línea de salida. Juanjo nos llevó a Alfredo y a mí hasta la mismísima línea, para mi sopor y vergüenza, porque íbamos abriéndonos camino entre la multitud. Supongo que pensarían que nuestro tiempo iba a estar por debajo de 35 minutos. Más saltitos a mi alrededor y yo quieto. No quiero ni sudar.

Al dar la salida me sentí arrastrado por la multitud y al llegar al kilómetro 1 comprobé en mi reloj que lo habíamos pasado en ¡4 minutos¡ Jamás había hecho eso y suponía que no iba a ser nada bueno para mí. Efectivamente, al final de la Avenida de Europa hay una cuesta (nunca la había detectado con mi coche) y empezaron a encenderse todas las alarmas de mi cuerpo. Al llegar a la Avenida de Barber ya sabía que no podría acabar y empecé a plantearme abandonar. En Santa Teresa se lo confesé a Juanjo, que siguió animándome y bajando mucho el ritmo. A esas alturas, al menos 1000 personas que en la salida estaban detrás de nosotros, ya me habían adelantado. Algunos pidiendo paso de forma alarmante, como las ambulancias en días de atasco. Subiendo la Reconquista, definitivamente me paré y me fui a la acera para ser un animador más. Pero Juanjo fue a por mí y me “obligó” a seguir. Subí con más pena que gloria hacia la puerta del Cambrón donde nos recibió la lluvia. Si lluvia. Ya sé que los que a esas alturas estabais llegando a la meta no os mojasteis, pero llovió. Entre el público los graciosos, al verme llegar gritaban: “mirad, ya vienen los primeros del año que viene”.

Mi recorrido por el casco hasta Zocodover, viendo cómo también me adelantaban los disfrazados de todo tipo, los ancianos de todas las edades, las embarazadas y los tullidos, fue vergonzoso. Anduve y corrí, pero sobre todo sufrí. Al encarar la bajada de la cuesta de las armas ya me habían adelantado otras 1000 personas, pero con el ánimo de la pendiente favorable recuperé algún puesto y sobre todo el entusiasmo, hasta el punto de entrar esprintando (ridículo, lo sé).

Al final 54 minutos, pero no fui el último. Y entusiasmado. Y con ganas de participar en nuevos desafíos, aunque, eso sí, ahora entrenando. La conclusión es que si un tío como yo, sin entrenar, griposo, adiposo, etc, puede acabar y acabar con ganas de repetir, es que este deporte es fantástico y todo el mundo debería probarlo.

Un saludo




Videos:
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